Su cuerpo lo recorro irreverente.


Ella no sabes, que mis palabras llevan la insana intención de enamorarle, ella no sabes que mis miradas oscilan, entre cada una de sus curvas cuando le escribo, que mis pensamientos invaden aquellos lugares que sus ropas, encubren de los paisanos sediciosos, alborotados por su sola presencia, ella no sabe que también la deseo, disimulado en mis saludos cotidianos, que su cuerpo lo recorro irreverente, con hambre y con sed, ella no sabes que insurrecto, me abrazo a sus hermosos pechos, y también rozo con mis labios aquellos labios mayores, que hablan del paraíso y crisálidas menudas, llegando su madurez al calor de nuestros besos. 


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